martes, 20 de octubre de 2009

LAS FUERZAS PRODUCTIVAS Y LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN

En cualquier fase de desarrollo que se encontrara, la producción siempre ha tenido dos aspectos: las fuerzas productivas y los medios de producción.
Las fuerzas productivas los forman los medios de producción y, primero que todo, los instrumentos de trabajo creados y construidos por la sociedad, por un lado y por otro los hombres que producen bienes materiales.
Sin embargo los hombres no producen los bienes materiales trabajando aisladamente, sino en común, formando grupos o sociedades.
En efecto Marx dio el nombre de relaciones de producción económicas a las que surgen entre los hombres en el proceso de la producción, el cambio y la distribución de los medios naturales.
Por tanto las relaciones entre los hombres y los medios de producción, constituyen las motivaciones que determinan la situación y el lugar que ocupan los hombres tanto en la producción y los medios de distribución como en el relacionado con los productos de trabajo.
La historia del desarrollo de la sociedad humana registra cinco tipos fundamentales de relación de producción: el de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal, el capitalista y el socialista, correspondiente este ultimo a la primera fase del comunismo.
Las fuerzas productivas constituyen, pues, el elemento más dinámico de el modos de producción; de suerte que se modifican continuamente debido a que los hombres no solo perfeccionan sin cesar los instrumentos de trabajo, sino que acumulan experiencia productiva.
En cambio, cuando las relaciones de producción no corresponden al nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, en vez de acelerar la marcha progresiva constituyen un freno para el desarrollo de la producción.
Cada nivel determinado de avance de las fuerzas productivas exige las correspondientes relaciones de producción.
Únicamente en la sociedad socialista, donde no hay clases hostiles, el avance de las relaciones de producción no se produce mediante revoluciones sociales, sino mediante su modificación armónica según van progresando.
De toda forma de producción en conjunto hay que distinguir la base de la sociedad.
En consecuencia, la base engendra la correspondiente superestructura y, así, determina su desarrollo.
En efecto. Tanto la base como la superestructura solo existen durante un periodo determinado, pues al cambiar la base cambia también la superestructura.
La forma de producción de los bienes materiales, en tanto que unidad de las fuerzas de producción, conjugación con la superestructura correspondiente, constituyen la formación económica social.
El marxismo-leninismo enseña que no se debe concebir la naturaleza y la sociedad como una aglomeración fortuita de fenómenos aislados, exentos de relaciones mutuas.
Las leyes de la naturaleza y la sociedad tienen un rasgo común: en primer su carácter objetivo; es decir, surgen y actúan independientemente de que las conozcamos o no, d que sea conveniente o no una u otra ley.
En efecto, a diferencia de las leyes de la naturaleza, las leyes económicas tienen varias peculiaridades.
En efecto, la formación económica social de cada época actúa muchas leyes económicas sociales.
La segunda peculiaridad de las leyes económicas se refiere a su aplicación de la sociedad.
En todas las formas de producción las leyes económicas pueden actuar y manifestarse de manera espontanea o como “una necesidad hecha a conciencia; es decir, aplicarse de modo consciente como ya hemos señalado, la base de la vida y del progreso de la sociedad es la producción de bienes materiales y, por tanto, el modo de producción.
La economía política, entonces estudia la base del desarrollo de la sociedad.
De dicha definición se desprende que la economía política es una ciencia histórica.
La relación de la economía sobre bases verdaderamente científicas se debe a Marx, Engels y Lenin, los jefes de la clase obrera.
Lenin continuó, de acuerdo con las nuevas condiciones históricas, la causa de Marx y Engels, elevando a un peldaño superior la economía política.

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